Este mundillo de los tuneros se puede dividir fácilmente, pues son como seres unicelulares, simplones pero necesarios. En primer lugar encontramos a los “tuners rumanos” (aunque también se introducen aquí otras nacionalidades) que son los de bajo presupuesto. Si ascendemos en la escala nos encontramos a los “tuneros masieros” que son aquellos que nunca llevarían
Hoy me voy a centrar en los “tuners rumanos” que no creáis que porque son los primeros son los más tontos, simplemente son los menos agraciados, aquellos que trabajan 12 horas al día cobrando 3€ por hora y que sienten pasión por el motor. Su precaria situación les obliga a comprar los vehículos que nosotros pretendemos desechar y nos ofrecen más por él que el Plan Prever (sobre los 800 €).
Después de la adquisición del vehículo viene el remozado, la fase uno: la pintura que generalmente es aplicada al coche con brocha gorda de pintor (deja pelitos en la chapa) y como no podía ser de otra manera la marca más común es la de Titanlux, también recomendada para cuartos de baño. La fase dos: la aerodinámica, ese arduo proceso en el que el bólido se somete al túnel del viento es eliminado y en su defecto se le empiezan a atornillar trozos de chapa de desguace a modo de aletines, tomas de aire, etc. Sin mencionar los alerones en los que se utiliza cualquier tipo de superficie lisa, desde tablas de planchar hasta barras de bar. Proseguimos con la fase tres: dedicada exclusivamente al interior, modifican los asientos comprando en la sección de recambios de Alcampo fundas de bolitas para los asientos, otros elementos comunes son las fundas para el volante, el protector del cinturón de seguridad con la marca del coche cosida y no menos importante el sistema de audio con un cassette Gitaioneer y altavoces Xony de medio Vatio.
Una vez finalizadas las fases anteriores el tuner rumano mira detenidamente su coche aparcado y sabe que le falta algo, pero ¿qué es? Pues sí, la fase cuatro en la que se introducen elementos decorativos como son los spiners (básicamente son tapacubos que llevan otro atornillado encima y su función es girar mientras el coche está parado, es decir, ninguna) y el embellecedor del tubo de escape que o bien se puede comprar o bien buscar cualquier objeto cilíndrico como tuberías, latas de conserva vacías, rollos de papel de culo usados... con esta fase quedaría el coche terminado y por fin lo podrá lucir en cualquier concentración de tuning, en la que no encontraremos más de dos neuronas en total.
Si sois observadores, os habréis dado cuenta de que en un coche tuneado casi nunca falta el cartel de SE VENDE, no os asustéis, es la última moda!!! Salvo estos objetos de coleccionista que se pueden modificar en la calle en unos treinta minutos (sin contar el secado de
Adiós, adeu, agur, bye, auf Wiedersehen, alça la mà!!! Y decid NO AL TUNING, él no lo haría!!!