domingo, 26 de abril de 2009

Principio de incertidumbre

Tras mucho tiempo sin escribir aquí, y haciendo honor y referencia al título de éste, vuelvo por estos fueros para dejar algun pensamiento.


A lo largo de la vida van apareciendo etapas que a unos les vienen antes, y a otros después. Algunos están preparados, otros se encuentran completamente desorientados, y otros excesivamente preparados con lo que o se llevan un chasco por las expectativas o no disfrutan del momento. Los tiempos cambian, las personas también, y no siempre avanzan todos hacia el mismo camino y al mismo ritmo. Detalles y sucesos que nos parecían impensables hace diez años ahora están a la orden del día. La sensación de estar desubicado se manifiesta en quienes se sienten incomprendidos, cuando "la vida parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarte". Un día descubres que hay cosas que no se podrán conseguir, ésas que no dependen de nosotros, solo por haber nacido aquí o allá, en esta época o en otra. Ésas son insalvabables, es una pérdida de tiempo lamentarse por ello (si lamentarse vale alguna vez la pena). Nacemos además con una venda en los ojos, que si bien nunca desaparecerá, se vuelve cada vez con la edad más transparente, convirtiéndose en un velo, mostrando aquello que ignoramos.

Puede que se prefiera seguir con esa venda durante mucho tiempo, vivir más tranquilo, seguro, y alejado de las tentaciones y problemas dentro de unos límites. Es una opción muy válida, y muy común incluso, como tantas otras. Por suerte, en eso, más o menos, podemos elegir. La libertad de elección es fundamental y sólo la tenemos los seres humanos, que no es poco. Pues bien, pongamos que uno se decide por el segundo camino, el de intentar quitarse la venda. Pongamos que ese día ves que en esta única vida el tiempo corre y algunos trenes salen sin billete de vuelta y por una vez. A todo esto súmale que son varios, muchos trenes hacia destinos distintos. Pero además, la situación se complica si no sabes qué hay al final de cada uno de esos viajes. En cambio, te ofrece algo diferente.

Te ofrece un lugar con posibilidades de ser más completo, de ser más ambicioso, de estar más lleno y cargado de emociones, de darte más etapas, de cerrar círculos para el currículum vitae y de albergar un caramelo de autorrealización.

Como siempre, conlleva un riesgo. El quizá forma parte de nosotros, lo vamos a llevar siempre a nuestro lado andando sin separarse. Como retratar nuestro match point particular. Si uno quiere aspirar a algo más, hay que arriesgarse. Parece bastante lógico y uno se va dando cuenta de que no se puede tener todo, que no se puede llegar y abarcar la totalidad y es necesario seleccionar, con la pérdida que conlleva. A sabiendas de que cuanto más grande es el resultado muy probablemente más grande será lo que sacrificamos. Querer abarcar puede resultar agonizante. Hay que ser realistas, y si decides anteponer la calidad antes que la cantidad, sabes a lo que te enfrentas.

Coger un tren así implica abstenerse de la regularidad, al menos, al principio. Hay quien hace de la inestabilidad su filosofía de vida, perfecto, debemos saber cómo somos, conocerse a uno mismo, y eso es algo que no se consigue fácilmente. Saber lo que queremos para poder aplicarlo... y buscarlo. Si crees que puedes estar preparado, ¡adelante! la recompensa de hacer camino incluso será más gratificante que el resultado final. Desde entonces, las emociones serán pasiones, y los momentos difíciles, angustiosos.

Así que, manos a la obra. Si decides abandonar la caverna y salir al exterior, la experiencia cuanto menos me atrevería a decir que es necesaria y recomendable. Distingue entre los que han venido a pasar o a sentir; los que han venido a permanecer o a actuar. Atrévete y aprovecha lo que hay, coge lo que te interesa y embárcate. No malgastes tu talento, ni desperdicies los recursos. Que el día de mañana "estar orgulloso de uno mismo" sea el eslógan, la razón de existir. Y sobre todo, mantén la esperanza, porque ¡lo mejor de todo es que aún estamos vivos!